Esta flor imita el ano de un caballo muerto para atraer a los insectos

Existen algunas plantas que emplean unas tácticas un tanto curiosas para la polinización.

El mundo vegetal está repleto de formas, colores y olores espectaculares, aunque algunos de ellos, no resulten “bellos”, en el sentido más literal de la palabra. Hoy profundizaremos en una de esas estrategias creativas de la naturaleza con el único objetivo de reproducir su especie cuanto más mejor. Y, para atraer a los insectos polinizadores, qué mejor que un aspecto llamativo o un olor igualmente destacable.

Esta flor imita el ano de un caballo muerto para atraer a los insectos© Wave Hill 2023

¿Qué es la polinización?

La polinización juega un papel importantísimo en la vida en la Tierra, asegurando la continuidad de una vasta biodiversidad y sustentando los ecosistemas de los que depende en gran medida la humanidad. Esta herramienta de la naturaleza no es sino la transferencia de polen de las partes masculinas de una flor (anteras) a la parte femenina (estigma) de la misma flor o de otra distinta, algo crucial para la fertilización de las plantas, lo que lleva a la producción de frutos y semillas. Aquí, las flores y los insectos constituyen el más claro ejemplo de mutualismo entre el reino animal y el vegetal. Y para que una planta resulte atractiva para los insectos, a veces, tiende a ser particularmente imaginativa. Es el caso de Helicodiceros muscivorus.

Es la única especie de su género

Originaria de las Islas Baleares, Córcega y Cerdeña, esta planta pertenece a la familia Araceae, que incluye alrededor de 3.800 especies, algunas famosas por su belleza y otras, conocidas por sus peculiaridades. Esta rareza del mundo vegetal tiene algunas cualidades que comparte con otros parientes que veremos posteriormente y caracterizadas por un olor inolvidable (y repugnante). El arum del caballo muerto (Helicodiceros muscivorus), que crece a partir de una raíz tuberosa, despliega sus hojas a principios de la primavera y produce una única y grande floración poco después.

Hasta aquí todo parece relativamente normal. Sin embargo, tal y como sugiere su nombre, esta planta exhibe una estrategia bastante morbosa pero fascinante para asegurar su polinización: imita el aspecto y hedor de la carne en descomposición, carne podrida para atraer a los moscardones que actuarán como polinizadores necesarios. Si una flor huele a carne podrida (o algo peor), atraerá, sin duda, a estos potenciales polinizadores.

Ilustración de grabado antiguoGetty Images

El nombre científico de la planta, Helicodiceros muscivorus, es una combinación de palabras griegas que significan “espiral de dos cuernos” y “devoradora de moscas”, respectivamente, que describen acertadamente sus características físicas y rasgos de comportamiento. La flor presenta una vellosidad sorprendentemente poco atractiva (aunque a los insectos les encanta), que aumenta su parecido con el trasero de un mamífero en estado de descomposición, un paisaje idóneo para poner huevos, pensarán las moscas y moscardones.

Imitación perfecta

Pero esta planta no se queda ahí en su inventiva estrategia de atraer a los polinizadores. No solo imita el aspecto y el olor a carne muerta, también la temperatura. La flor emana calor para cerrar el círculo de su perfecta imitación de un caballo recientemente fallecido. Este comportamiento termogénico permite a la planta mantener una temperatura de 4 a 6 grados centígrados por encima de la temperatura del aire circundante durante la floración, imitando aún más el calor emitido por un cadáver en descomposición.

Captada en la naturalezaFrançoise Barreau (cc-by-sa) – 29 de oct. de 2022

Su estructura es fascinante: una gran espata de color granate, una bráctea en forma de hoja que envuelve el espádice, una espiga carnosa donde se encuentran las flores reales… y el interior de la espata está moteado con manchas color crema, blanco y granate, que se asemeja mucho al color de la carne en descomposición. Por su parte, el espádice libera un cóctel de compuestos volátiles que normalmente se encuentran en la materia orgánica en descomposición. El olor es tan potente que los insectos carroñeros pueden detectarlo desde distancias considerables. El escenario está preparado para que empiece el desfile de ‘bichos’.

Los floretes femeninos se abren y atraen la atención de sus insectos pretendientes, y luego los atrapan entre diminutos pelos durante el tiempo suficiente para que los floretes masculinos maduren y liberen su polen, generalmente un día después. Los lados resbaladizos de la cámara y los pelos que miran hacia abajo impiden que los insectos escapen. Cuando las moscas son liberadas, ya están bastante cubiertas de polen para continuar con la polinización cruzada.

Ilustración de la florWikimedia Commons

Otros ejemplos de ‘plantas apestosas’

Otras plantas recurren a argucias similares para cumplir con la diversidad botánica y no quedarse atrás. Es también el caso de Amorphophallus titanum, la flor cadáver, una planta que produce la inflorescencia no ramificada más grande del mundo, con una altura imponente que alcanza hasta los 3 metros. También huele a carne en putrefacción. Mismo ejemplo para Rafflesia arnoldii, que se encuentra en las selvas tropicales de Indonesia, y utiliza igualmente el engaño olfativo para la polinización. Esta planta parásita produce la flor individual más grande conocida, alcanzando un diámetro de aproximadamente 1 metro y su particular aroma a a carne podrida, junto con su color rojo intenso y su textura parecida a la carne, atrae a las moscas carroñeras hacia sus enormes flores.

Una horrible maravilla de nuestro planeta.

Referencias: 

  • Ito, K., Abe, Y., Johnston, S., & Seymour, R. (2003). Ubiquitous expression of a gene encoding for uncoupling protein isolated from the thermogenic inflorescence of the dead horse arum Helicodiceros muscivorus.. Journal of experimental botany, 54 384, 1113-4 .https://doi.org/10.1093/JXB/ERG115.
  • Seymour, R., Gibernau, M., & Ito, K. (2003). Thermogenesis and respiration of inflorescences of the dead horse arum Helicodiceros muscivorus, a pseudo‐thermoregulatory aroid associated with fly pollination. Functional Ecology, 17, 886-894. https://doi.org/10.1111/J.1365-2435.2003.00802.X.
  • Kite, G. (2000). Inflorescence odour of the foul-smelling Aroid Helicodiceros muscivorus. Kew Bulletin, 55, 237. https://doi.org/10.2307/4117785.
  • Moraes, C., Lewis, W., Paré, P., Alborn, H., & Tumlinson, J. (1998). Herbivore-infested plants selectively attract parasitoids. Nature, 393, 570-573. https://doi.org/10.1038/31219.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *